Helados de paila



En el año 1896 tras observar una lluvia de granizo, la inquietud hace que  Rosalía Suárez experimente con recipientes  como bateas, vasijas de barro hasta de manera sorprendente descubrir la fortaleza que tienen las pailas de bronce  para transmitir el frío, fue entonces cuando emprende cuál aventura el proceso para realizar lo que hoy llamamos helado de paila, no sin antes realizar la preparación de la paila que debe ser virgen, es decir no debió ser usada antes para cocinar.

Sobre la cama de paja, cubos de hielo transportados desde el imponente volcán Imbabura y granos de sal, gira una brillante paila que en centro lleva tan solo un litro de jugo que a la vez es batido con una cuchara de palo para luego tomar la consistencia del delicioso helado que actualmente mantiene una trayectoria de 150 años  y atraen a cientos de personas a degustar de su sabor



Los helados de paila no tienen colorantes, preservantes ni cremas artificiales, son naturales se ofrecen en diferentes sabores y no podía faltar el helado para quienes adolecieran de su salud, pues también existen cremas dietéticas que cuidan la salud de sus consumidores.

Las herederas de la tradición recuerdan la visita de diferentes personajes, entre ellos el ex presidente Galo Plaza que siempre bajaba de su hacienda a caballo a saborear un helado.

Entrevista realizada a Mónica Suárez 



La dirección de los helados de paila la podrás encontrar en el mapa

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